top of page

Todo pasa, pero la mano amiga no la dejes pasar

"Hay cosas que tenemos que vivir solos", es una frase que en ocasiones se escucha de distintas personas. Hay experiencias que, al contrario, nos gusta vivirlas acompañados y compartirlas con las personas que más queremos; pero es cierto que hay otras vivencias que tenemos que atravesar y enfrentar por nuestra cuenta. A veces creemos que es más sencillo de lo que parece, a veces empezamos con mucho impulso y a veces también nos sentimos sumamente abrumados por el peso que representa tener que lidiar con gran parte de esa travesía solos, por nuestra propia cuenta, siendo nosotros mismos los únicos responsables de los fallos o éxitos encontrados en el camino. Nadie a quien culpar, nadie a quien resentir por la decisión tomada en el proceso, que quizás te perjudicó un poco más. El único responsable eres tú.


¿Abrumador y agobiante no? Mas lo cierto es que, aunque buena parte de estos procesos los llevamos solos, nunca estamos realmente solos. Siempre hay alguien dispuesto a echarnos una mano, guiarnos sobre cuáles son las mejores opciones a decidir ante nuestra situación, pues ya pasaron por ahí; o tan sencillo como un oído al que narrar todos nuestros infortunios, logros o angustias.


Así que, aunque a veces te sientas solo o sola, no lo estás. Siempre hay alguien ahí en tu camino, aunque no lo veas, aunque a simple vista no se perciba. Siempre se puede encontrar una mano amiga a pesar de no parecerlo. Por supuesto que gran parte de estos procesos, en los que somos los únicos responsables, los vivimos solos, pero también se trata de saber buscar y prestar atención. De permitirnos momentos de respiro, de pausa y descanso a los pensamientos atolondrados que "la loca de la azotea" va acumulando. Como decimos en yoga, lo que estés haciendo hoy por avanzar un poco más está bien, por poco que sea, aunque a simple vista no se note, si estás avanzando y es suficiente. Lo importante es seguir respirando, en movimiento y mantenerse presente; notando tu alrededor porque no sabes qué te pueda sorprender o qué te pueda ayudar.


Igualmente, se trata de aceptar que todos los procesos tienen sus subidas y bajadas. Sea académico, crecimiento personal o profesional. Se trata de reconocer que no siempre vamos a estar al 100%. Hay días en los que obviamente vamos a tener más energía que otros, que sentimos que nos podemos comer el mundo. Hay ocasiones en las que tenemos un ánimo impresionante, que nos motiva a pesar de las adversidades. Sin embargo, también hay días en los que te puedes sentir perdido, agobiado, estancado, frustrado o simplemente agotado por todo el gasto de energía que has consumido en los días previos. Y en esos días, no seas tan duro/a contigo mismo/a. A veces nuestro peor juez, podemos ser nosotros mismos. Lo sé por experiencia propia, porque eso es lo que me sucede a mí. En esos momentos en los que me siento menos alegre u optimista, simplemente me permito estar así, respiro profundo y trato de soltar el control. Salgo a caminar un rato, tomo aire fresco, me consiento un poquito con un dulce que acompañe mi café y escribo unas líneas que me permitan dejar ir todo lo que llevo por dentro, para liberarme del peso de mis pensamientos que "la loca de la azotea" va bombardeando. Una vez que los dejo en papel, los acepto, veo que no son tan grandes como los percibía en mi cabeza y los dejo ir.


Así mismo, hay algo que siempre me ayuda, que está ahí para mí, las palabras de aliento de otros y su compañía, como lo son mi familia y amigos más cercanos (ellos saben quiénes son). Por ellos es que digo y reafirmo que nunca estamos solos, ya que, aunque hay procesos que estoy atravesando sola, tengo a otros cerca o en la distancia que los viven conmigo, que me ayudan a aligerar la carga.


Entonces, en esos días que te sientas desanimado o frustrado o medio “blehh” por tu travesía, está bien. Es un día y debemos recordarnos vivir un día a la vez y con ello decirnos que esa sensación, ese desanimo, ese momento más complicado o frustrante es temporal. Esto me lo recordó una de esas buenas manos amigas que tengo la fortuna de llamar familia. Todo pasa y al tener eso presente, podemos tomar consciencia que esta circunstancia complicada también pasará. Luego la recordaremos como una anécdota y quizás hasta con una sonrisa, pues fue una etapa que nos ayudó a crecer y a conocer otras cosas de nosotros mismos y tal vez de otros. Nos permitió ser más fuertes y llegar a lugares que tal vez no creíamos que llegaríamos.


Por ello te dejo esas notas de consejo, como una mano amiga más con la que puedes contar y que también tiene sus altos y bajos. Recuerda:

1. No estás solo, aunque lo sientas.

2. Está bien no estar bien, permítete consentirte.

3. Vive tu proceso, reconociendo sus altos y bajos, sin compararte con otros.

4. Deja ir lo que te atormente en una caminata, un pedazo de papel o una persona que quiera escuchar.

5. Todo pasa, todo es temporal y esto también pasará.

P.D. Hasta en los días grises hay Sol, aunque no lo veas. Hasta la sonrisa amable de un extraño puede ser un rayito de luz. Solo hay que prestar atención.

14 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
Publicar: Blog2_Post
bottom of page