top of page

Balance con Toque de Dulzura

Todos necesitamos balance en nuestra vida, encontrar ese punto "ideal" entre la productividad, el descanso, el cuidado de la salud y el tiempo de ocio o disfrute (bien sea solos o en compañía). Sin embargo, hay que reconocer que no siempre es tan fácil, que a veces concedemos más prioridad a uno de estos pequeños planetas que conforman nuestro universo diario y con los que tenemos que malabarear de la mejor forma posible para que, al final del día, cuando nos acostemos en la cama, nos sintamos en paz con nosotros mismos...


Lo cierto es que, hay momentos o temporadas en nuestra vida, donde este malabarismo se nos puede enredar un poco y podemos dejar caer uno de estos planetas. Eso nos puede llegar a frustrar ligeramente o bastante, pero ¿saben qué? Un poco de desbalance también hace falta para llevar una vida más balanceada, irónicamente... O eso creo yo. Y lo digo porque no hay mejor momento para desbalancearse un poco como las esperadas y añoradas vacaciones. Pero cuidado, realmente creo que funcionan como desbalance clave, porque tienen un tiempo de caducidad que nos lleva a aprovecharlas al máximo.


Las vacaciones existen para cortar por un tiempo con la rutina que nos puede agobiar, para permitirnos ciertos gustos que en otras circunstancias no haríamos, básicamente para aflojar en todo (o casi todo dependiendo de cómo a cada quien le guste aprovechar su tiempo libre). Sin embargo, aun sabiendo eso, que está bien permitirnos ese ligero "descontrol", muchas veces nos flagelamos a nosotros mismos por permitirnos tanto descuido, cuando realmente un pequeño pedazo de torta aquí, un helado por allá, un día sin hacer ejercicio, otro día sin revisar los correos o alguno en el que provoca binge watch alguna serie completa, vienen bien y está permitido. Sin abusar, como siempre digo, porque creo que los extremos son malos.


Comento todo esto, porque a veces yo misma me acuso de este dichoso "pero por qué comí eso" u "hoy no hice ejercicio, que mal" (acompañado de un sentimiento de culpa) y al final es simplemente la loca de la azotea queriendo arruinarme el buen momento compartido acompañada de personas que quiero. Ahora siendo consciente de ello, en ocasiones le digo "déjame tranquila, lo disfruté y en la noche como mejor" o "mañana hago un poquito de ejercicio, quédate quieta" y de esa forma la dejo más o menos tranquila, porque la verdad es que esa compañera de cuarto puede ser bien intensa e insistente.


Al final, aunque estuve hablando de las vacaciones, porque son un ejemplo claro de esos momentos de desbalance en potencia, creo que la vida también hay que llevarla así; darse permisos para desbalancearse de vez en cuando, porque ahí está el disfrute y mayor provecho de la vida, que después de todo sólo tenemos una. Y a mi parecer el verdadero equilibrio está en ello, ser flexibles, menos duros con nosotros mismos y haciéndole saber a la loca de la azotea que, si el malabareo entre nuestros planetas no nos sale tan bien, pues no pasa nada; seguimos practicando para ir mejorando los trucos y poder agregar más planetas si queremos... Ya el malabareo es cosa de cada quien, que podemos discutir en otra ocasión.


P.D. Para los italianos ese tiempo de disfrute es crucial en su rutina, así que toca dejar salir un poco de gusto italiano con "il dolce far niente". Les dejo mi evidencia de ese toque de dulzura.

29 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
Publicar: Blog2_Post
bottom of page